Más de 300 bodegas con sus 2.225 marcas llevan el sello de la Denominación de Origen Ribera del Duero, tantas como formas de emocionar. Se agrupan en tintos, desde los jóvenes con elevada carga frutal y buen paso de boca, a los elegantes y potentes vinos de guarda (Crianzas, Reservas y Grandes Reservas), que destacan por su complejidad aromática y su potencia y equilibrio en boca. Y en rosados y en blancos, vinos jóvenes frescos, afrutados, con buena acidez, que aportan aromas más complejos al envejecer en barrica.
Ribera del Duero apuesta por producciones bajas y enormemente mimadas. Con un intenso trabajo de poda y aclareo logramos un bajo rendimiento de la viña, en aras de una uva de excelente calidad. Porque menos es más. Así producimos de media 4.320 kilos por hectárea, muy por debajo de los 7.000 que admite la normativa.